Cuántas veces nos hubiera encantado decirle cuatro cosas a nuestro jefe. Cuatro cosas o algunas más. Pero sin embargo ahí estamos, mordiéndonos la lengua y aguantando estoicamente con una sonrisa pintada en la boca y sin que se nos note demasiado. Porque eso si, de liderazgo y motivación no se enteran demasiado, los jefes digo, pero basta que un mínimo atisbo de crítica hacia ellos planee sobre tu cabeza que ¡zas! ya te han pillado, y entonces... eres hombre (o mujer) muert@.
Pues yo ya he dicho que basta, que yo no sirvo para disimular, que se me nota demasiado. Y en vez de seguir ahí haciendo comedia y retorciéndome por dentro, he decidido pasar de jefes, de los malos jefes. Me ha llegado el momento de volar libre. Ya tengo edad.
Eso mismo es lo que debe opinar Mike Hoban, consultor senior de una empresa dedicada a la gestión de talento global, además expert blogger. Precisamente, ojeando su blog, encontré esta "joya": una carta hipotética sobre un trabajador que "despide" a su jefe.
No he podido evitar incluirla en mi blog, ya que creo que refleja muy claramente las reflexiones que quería exponer en mis posts anteriores, sobre la falta de compromiso hacia los profesionales que se da en muchas organizaciones. Tal y como están las cosas, a más de uno nos encantaría entregar una de estas. Y... ¿por qué no? Quizás a partir de este año, se empiece a ver alguna que otra, ni que sea de manera "virtual". Yo ya lo he hecho.
Pues yo ya he dicho que basta, que yo no sirvo para disimular, que se me nota demasiado. Y en vez de seguir ahí haciendo comedia y retorciéndome por dentro, he decidido pasar de jefes, de los malos jefes. Me ha llegado el momento de volar libre. Ya tengo edad.
Eso mismo es lo que debe opinar Mike Hoban, consultor senior de una empresa dedicada a la gestión de talento global, además expert blogger. Precisamente, ojeando su blog, encontré esta "joya": una carta hipotética sobre un trabajador que "despide" a su jefe.
No he podido evitar incluirla en mi blog, ya que creo que refleja muy claramente las reflexiones que quería exponer en mis posts anteriores, sobre la falta de compromiso hacia los profesionales que se da en muchas organizaciones. Tal y como están las cosas, a más de uno nos encantaría entregar una de estas. Y... ¿por qué no? Quizás a partir de este año, se empiece a ver alguna que otra, ni que sea de manera "virtual". Yo ya lo he hecho.
Aquí os la dejo (traducida). Creo que es sencillamente genial:
"Querido Jefe:
Este es mi pre-aviso de dos semanas. Está usted despedido, así como la compañía para la que trabajo. Me voy para poder seguir adelante. Me uno a otra empresa que parece ofrecer mucho más de lo que he encontrado aquí.
No jefe, no es por el dinero ni por los beneficios, aunque voy a percibir un 10% más de lo que gano actualmente. Se trata de la oportunidad de crecer y de desarrollarse. Se trata de ir a un lugar en el que la organización crea las condiciones para que la gente tenga ganas de ir a trabajar, donde las personas sienten que pueden marcar la diferencia. Hace poco, leí un blog en internet que se refería a algo relacionado con el “compromiso” hacia el puesto de trabajo y parece ser que esto es lo que precisamente yo –y muchos compañeros de trabajo- echamos en falta aquí.
Sé que la recesión económica ha sido un periodo difícil para esta empresa y que el negocio ha estado sufriendo durante un par de años. Si, muchos de nosotros esperábamos los despidos que efectivamente vinieron, aunque pienso que se han gestionado de la peor manera. La comunicación sobre el estado del negocio y las decisiones sobre los despidos han sido casi inexistentes. A los que sobrevivimos a la reducción de personal, simplemente se nos asignó más trabajo, y aunque nadie de gerencia lo dijo explícitamente, el mensaje era como si tuviéramos que estar agradecidos por tener un trabajo.
Durante un largo periodo de tiempo dejó de tener nuestras reuniones de equipo. En un momento dado le dijo a un compañero de trabajo que “dejara de quejarse” acerca de las dificultades por las que atravesaba el trabajo. A mi tampoco me gustan los "quejicas", pero sólo queríamos desahogarnos un poco y obtener algunas respuestas claras sobre el futuro del departamento y de cómo poder hacer mejor el trabajo, mientras que al mismo tiempo podíamos continuar desarrollándonos, quizás mediante entrenamiento o participando en equipos de mejora continua.
Sé que también ha estado nervioso por su propia situación laboral, pero ni usted ni sus jefes nunca parecieron preocuparse por nuestras necesidades. La lealtad es algo que se gana y, francamente, jefe, esta carta es una señal de que ni usted ni la empresa no se han ganado la mía. La página web de esta empresa declara “Las personas son nuestro recurso más importante”; que absurdo, por no hablar del cinismo!
La persona que me contrata en la empresa a donde voy, me preguntó sobre los planes de mi carrera y me explicó algunas de los cosas más interesantes que están haciendo para atraer y retener a personas con talento. No puedo recordar la última vez que alguien de aquí tuvo una conversación similar conmigo.
Hubo una historia que salió justo antes de las pasadas vacaciones en la que Manpower, una gran empresa experta en recursos humanos, declaraba en una de sus encuestas recientes que el 84% de la gente empleada estará buscando un nuevo trabajo en 2011 en EE.UU. Un 60% más que el año pasado. Así que parece que hay otros muchos que se sienten como yo, y no me sorprendería que usted recibiera alguna carta más como esta a medida que la economía mejore.
Jefe, yo no soy un soñador iluso que piensa que la hierba siempre va a ser más verde en otro lugar. Pero el valor que yo le agrego a mi trabajo es el de la confianza, la camaradería y hasta la diversión y sé que hay empresas en las que esas cosas existen a un nivel mucho mayor que aquí. De hecho, creo que he sido contratado por una de esas empresas que espero valore mi compromiso, no sólo mi cumplimiento.
Durante las próximas dos semanas voy a hacer todo lo que pueda para formar a quien vaya a estar en mi lugar. Usted tendrá mi mejor esfuerzo hasta el momento en que salga por la puerta por última vez. Y si RR.HH. lo desea, haré una entrevista de salida y seré sincero, aunque no creo que sirva de nada. Por favor, quiero que entienda que esto no tiene nada que ver con usted. Usted es básicamente una buena persona, pero no es un buen líder y lo mismo opino de la alta dirección.
He de decir que he aprendido algunas cosas aquí y que ha ganado una experiencia valiosa, así que decido poner fin a esta carta con este comentario positivo."
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